El Fiat 600 (Parte 2)
- LRP
- 18 jul 2016
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Coincidiendo con el inicio de 1967, Fiat Concord S.A. presenta el 600 E (segunda serie), donde encontramos algunas modificaciones en el aspecto estético a saber: con nuevas ópticas delanteras más grandes; nuevas llantas ahora ventiladas, pero con las mismas tazas y el escudo frontal más pequeño, cuadrangular y con dos "bigotes" reemplazando a los seis anteriores. Mecánicamente era similar al anterior, con excepción del sistema de filtrado de aire, que vuelve a cambiar para adoptar de aquí en más y para siempre el tipo de filtro seco a cartucho recambiable.

En 1968, el único cambio de importancia que se registró fueron los nuevos paragolpes, un diseño más moderno, en el que las defensas eran de caño de acero cromado en reemplazo de las de acero plano. Las uñas también sufrieron modificaciones, pasando del diseño rectangular al semiovoidal, lo mismo que sus estrelleras. Este modelo de paragolpes, que es tal vez el más recordado acompañó al 600 por 9 años, hasta la aparición del 600 S en julio de 1977.
1970 fue un año de grandes cambios para el querido "fitito". En primer lugar, el ya clásico modelo E presenta una nueva gama de colores. Por el otro lado, vuelve a cambiar las llantas, manteniendo sus dimensiones, pero reemplazando las ventilaciones en forma de "gota" por otras cuadradas. Las tazas adoptan un perfil plano de nuevo diseño, y serán las últimas que lo equiparán. En el habitáculo, el gran cambio se encuentra en el tablero de instrumentos, totalmente nuevo y mucho más moderno, que acompañará al resto de la producción del 600 hasta su fin en 1982. Este tablero será incluso el que use el Fiat 850. El volante continúa sin cambios, lo mismo que el resto, pero esto sólo será por pocos meses más.
Sin embargo, las principales variantes llegaron en noviembre de 1970. En ese momento, Fiat Concord S.A. anunció el lanzamiento del modelo R, que además de volver a incluir mejoras en la mecánica como mayor potencia debido a un aumento en la relación de compresión, también su estética exterior se modernizó notablemente con la eliminación de las molduras exteriores laterales, excepto las de los zócalos, y el ornamento de la tapa del baúl; la incorporación de un nuevo escudo o parrilla integral metálica cromada de una sola pieza y de agradable diseño, que también a partir de este modelo adopta el nuevo emblema FIAT de paralelogramos con fondo color rojo brillante hasta 1971 inclusive y anaranjado a partir de 1972; lo mismo el emblema trasero pero con fondo en color gris oscuro. En segundo lugar, un habitáculo modernizado, en donde podremos encontrar un nuevo volante con 2 rayos de aluminio pulido y la eliminación del aro de bocina volviendo al pulsador central; los nuevos tapizados de asientos y laterales de cuerina en dos tonos negro-beige hasta 1972 inclusive, y de cuerina simple en color negro posteriormente; y el rediseño total del tapizado interior del techo, que ahora es integral e incluye también los parantes. Las llantas fueron reemplazadas por otras cuyo diseño tal vez sea el más recordado de todos y que han trascendido, incluso, hacia otros modelos de la marca en Argentina: son las muy reconocidas llantas "potenciado", tal como se las bautizaron posteriormente, de agradable y funcional diseño, y en donde la característica principal es la eliminación total de las clásicas tazas y adoptando, en cambio, unos pequeños conos plásticos centrales que sólo cubren las tapas de los rodamientos de las ruedas.
Fue tan grande el éxito que consiguió en Argentina, que en 1976 logró un récord de producción nacional de un solo modelo con 250.000 unidades fabricadas desde 1960.
El 600 R dejó su impronta para dar paso al nacimiento del último modelo de la serie de este popular y recordado automóvil.

Finalmente dejó de fabricarse en 1982 la versión S, cuando ya se había fabricado 304.016 unidades . Llegando en Italia a algo más de 2.695.000 unidades.

El 600 S fue presentado, en efecto, en julio de 1977. El principal cambio de esta versión sin duda radicaba en su mecánica, ya que vuelve a aumentar su cilindrada a los definitivos 843 cc y una potencia de 38 CV DIN, lo que lo convirtió en un auto mucho más ágil y con mayor "pique" que sus versiones anteriores, con la ventaja de poder utilizar además nafta o gasolina de bajo octanaje; éste motor será el último modelo fabricado para el 600 hasta su fin. Última motorización por lo menos conocida por estos lados. Otra novedad de importancia fue la incorporación del alternador como equipo de serie en reemplazo del ya vetusto y superado dínamo. Los nuevos colores que FIAT presentó en 1977 para todos sus modelos vestían también a esta versión S con nuevos aires, sumado además a los cambios exteriores, entre los que se distinguían los nuevos paragolpes (nueva hoja, sin defensas y con uñas integrales de goma); la eliminación ya definitiva de las molduras de zócalos (reemplazados por una franja pintada de negro); y la parrilla o escudo frontal del mismo diseño pero pintada de negro con 4 filetes laterales y la insignia central con fondo en color anaranjado. Las últimas modificaciones, más bien estéticas, que recibió el 600 S fue a principios de 1981, poco después de la llegada de la firma Sevel Argentina S.A. Las mismas se encontraban en los aros de ópticas y luces traseras, que ahora son plásticos y de color negro satinado. Además, los zócalos ya no venían pintados de negro y la parrilla o escudo frontal eran del mismo diseño pero integralmente plástico y color negro con insignia FIAT en color blanco.
Los últimos días del querido y popularísimo FIAT 600 ya estaban contados a partir de la conformación de Sevel Argentina S.A. en 1980. Fiat Concord S.A. se retira de la Argentina y de esta manera pierde el control directo de sus acciones industriales en el país dejando a Sevel a cargo de la continuación bajo licencia de la producción de sus automóviles, camiones, tractores y grandes motores diesel industriales. La nueva empresa decidió la discontinuación del 600 S, junto con el modelo 133, para ser reemplazado por el nuevo modelo 147 el 9 de abril de 1982. La renovación obligada y un mercado cada vez más exigente, sumado a la innovación de los modernísimos importados, pusieron punto final a la fabricación pero no a la historia de este tradicional modelo que motorizó a todo un país. Fue y será un automóvil muy recordado y admirado por muchos, incluso por las nuevas generaciones que aún ven, afortunadamente y en pleno siglo XXI, circular miles de "bolitas" por las calles y caminos de todos los pueblos y ciudades de la República Argentina.
A pesar de su "final" anunciado, Fiat rediseñó el 600 para el nuevo milenio y desde 1998 se vendió en Europa. Importado de extra zona se trajo al Uruguay pero no tuvo suceso. El revivir de las líneas que nacieron en los 50’ se van a ver en su nuevo esplendor con la llegada del Nuevo Fiat 500.
El SEAT 600 español
(1957-1973)
El Seat 600 nació en 1957, el mismo año que desapareció el Biscúter. En aquellos momentos el parque de automotor era muy reducido y predominaban los transportes públicos, los camiones y las motocicletas fabricadas en Cataluña, como la Bultaco, la Montesa, la Derbi o la Ossa. La Guzzi y la Vespa se importaban desde Italia, y la Mobylette venía desde Francia. Entre tanto ruido, el 600 fue el escogido para reinar antes de nacer. Su arribo coincidió con el estreno de los primeros parquímetros de París y el Sputnik ruso.
El 600 fue el hijo predilecto del "Plan Desarrollo", casi su símbolo sobre ruedas. El plan pretendía llegar a una renta de mil dólares per cápita, un poco más de las 65.000 pesetas que costaba el primer modelo, con las puertas que se abrían hacia atrás y que si no se cerraban bien se las llevaba el viento.
Para conseguir uno era necesario anotarse en una lista de espera que duraba años si no se disponía de contactos en el gobierno o en la fábrica. Después hacía falta firmar y pagar más letras y plazos de los que nadie se podía imaginar. Pero a pesar de ellos, la producción y la demanda continuaron creciendo con la bonanza económica de los años sesenta, cuando la gente no paraba de comprar cualquier cosa.
El 600 era el único coche perfecto posible para sus propietarios. Solo coches como el Dauphine o el Gordini (ambos de Renault) podían eclipsarlo. Los padres de familia presumían de poder cruzar toda Cataluña con el 600 lleno hasta los topes y sin ningún tipo de problemas, y si el motor se calentaba, se le colocaba una madera que mantuviera la tapa del motor levantada. El hijo de aquel padre de familia, le bajaba la suspensión, lo empapelaba de adhesivos y lo remataba con un alerón.
Pero el tiempo y el mercado no perdonan y lentamente han ido desapareciendo. Sin embargo, aún quedan un gran número de unidades en funcionamiento y ya se han convertido en uno de los clásicos mas apreciados del mundo del automóvil.
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